jueves, 17 de noviembre de 2011

El secreto y los superpoderes

Cuando la princesa estaba dentro de mi panza y se escondía tímida y recatadamente de los intentos del ecógrafo de descubrir su género yo siempre estuve convencida de que era una princesa mientras que mi esposo guardaba la esperanza de que fuera un niño que lo ayudara a perpetuar su apellido, que por raro y por la fuerte presencia femenina, tiene pocos exponentes y corre el riesgo (por lo menos en la mente de mi esposo) de extinguirse.

Decidir el nombre de niño fue tan sencillo como intocable y complicado decidir un nombre de niña; lo que para mi reforzó mi presentimiento de que era una niña la crecía en mi.

La princesa continuó ocultándose tercamente hasta que por fin un ecógrafo le sorprendió su secreto a los siete meses de gestación y nos lo comunicó dejando a su padre con la boca abierta (desbaratados sus sueños de juego de pelota y de carritos de carrera) y a mi convencida de que algún superpoder había adquirido con la maternidad.

La princesa llenó nuestras vidas de luz y de cosas rosas y desde el primer día engatusó a su padre para que la amará al infinito y más allá. El mundo comenzó a girar alrededor de sus requerimientos mientras que nosotros comenzamos a vivir y trabajar solo para ella.

Cuando el alien se afincó en mi; mi esposo. olvidando la perpetuación del apellido y complemente satisfecho de que su princesa le dijera príncipe papá y lo llenara de cariño convirtiéndose en la presidenta de su club de fans, me dijo que le gustaría tener otra princesa tan linda como la primera y por supuesto tan enamorada de él.

Yo, con mis superpoderes acrecentados, sentía que mi alien era un niño y se lo dije con el temor extraño de que se haga realidad mi premonición (porque da algo de miedo tener razón en estas cosas) pero sin descartar la posibilidad de que fuera otra princesa.

Cuando la curiosidad de mi alrededor me preguntaba que era yo simplemente decía: garantizó un ser humano y espero que este sano!!

Mi alien estaba placidamente acurrucado dentro de mí cuando el ecógrafo invadió su territorio mostrando los cinco deditos de cada uno de sus lindos piececitos y demostrando que tenía una nariz muy parecida a su hermana la princesa. Mientras mi esposo hurgaba en las imágenes tratando de descifrar el secreto, yo me alegraba de ver a mi bebe tan completo y sano, asombrándome de su tranquilidad y serenidad comparada con la movilidad que siempre tuvo la princesa en cada incursión del ecógrafo.

El ecógrafo no dijo nada, pero el informe comprobó mis superpoderes y dejo a mi esposo nuevamente con la boca abierta.

Yo no me explicó como he podido acertar de manera tan clara en ambas ocasiones, será que tengo un vinculo muy intenso con mis hijos??? Si es sí espero que dure toda la vida permitiendo que me tengan la confianza suficiente para contarme lo que les sucede y recurrir a mi cuando la vida les comience a poner las primeras encrucijadas.

Y ahora a seguir esperando…

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